La serie realizada en Francia es un eslabón de un tema fotográfico a seguir como proyecto a largo plazo. Plantea la búsqueda de una sensación específica dentro de un medio de transporte público presente en casi todos los países del mundo: El tren.
La premisa central es generar un proceso de exploración gráfica adonde el tren no cumpla el papel de objeto material o su recorrido sea una narración lineal de imágenes, el punto es generar una empatía de emociones al absorber la rutina diaria y las características espaciales de cada sitio escogido por medio de la experiencia y observación cuidadosa del entorno y sus individuos.
En Francia el trayecto seleccionado fue al sur del país, en donde existe una luz típicamente fuerte con un alto contraste. Esta particularidad ambiental me empujó a hacer una metáfora de la impersonalidad y la frivolidad de los viajeros, el negro absorbe los espacios y oculta la identidad de los personajes, creando una especie de amnesia selectiva cuando se va de un punto a otro cotidianamente. El eje perceptivo se ubica en la búsqueda del vacío y la pasividad que empujan a un estado de somnolencia transitorio, intentando llevar al espectador dentro de un estado de confusión entre la realidad y el sueño cuando un espacio de tiempo muerto existe al hacer uso del tren. Aquí el avance se hace de costado (de lado a la ventana) y sin responsabilidad absoluta del pasajero por la conducción. Esto promueve el estado de adormecimiento antes mencionado, ya que la atención del recorrido no se centra las advertencias a lo largo del camino (como en el automóvil) sino en el mundo suspendido que se genera dentro del vagón, existiendo un abismo de tiempo imperceptible que se ralentiza en el interior, aunque su exterior se desplace a gran velocidad.